El río Duratón bajo la mirada de un navegante
REBECA RUIZ
La península cuenta con una gran red de vías fluviales. Una a una se van uniendo para dar finalmente al mar. Pero durante su camino van creando parajes increíbles: es el poder del agua.
El río Duratón es un pequeño gran río que nace cerca de Somosierra, entre la Sierra de Guadarrama y la de Ayllón y desemboca en el Duero a la altura de Peñafiel en Valladolid. La mayor parte de su vida transcurre en Segovia y recorre numerosas villas y aldeas con importante patrimonio románico. Es uno de los ríos más emblemáticos de Castilla y León.
Una manera de descubrir el Duratón es navegando por sus aguas. A vista de “pato” todo tiene otra perspectiva. Y mientras paleas por sus aguas, a veces tranquilas, a veces rápidas, tienes la sensación de ser un navegante auténtico.

Cuando se divisa a lo lejos los fuertes muros del embalse uno sabe que la etapa ha terminado y que ha llegado la hora del descanso merecido. Como recompensa al esfuerzo:un buen cordero en Fuentidueña donde están tan acostumbrados a recibir visitantes que la hospitalidad se respira nada más entrar al pueblo.
El segundo día de descenso llega la emoción. Se dejan atrás las aguas serenas y embalsadas para topar con la zona más salvaje del río. Alta arboleda y vegetación protege las aguas. Y a bordo de la canoa hay que esquivar zarzas y pequeños rápidos, caprichos del río, para no volcar y pisar un cangrejo. Uno se siente aventurero que va abriendo camino.
Y llega el fin del viaje. Es el momento de saltar de la canoa y pisar tierra firme.

Soy de la zona y me ha parecido muy buena la descripción del lugar.
Animo a todo el mundo a que lo lea y se anime a venir a las Hoces del Duraton y ya de paso viaje en canoa.
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