miércoles, 21 de enero de 2009

La nieve nos espera en Benasque

REBECA RUIZ
Aún estamos a tiempo. Este año la nieve nos da tregua para que elijamos con calma el momento adecuado para enfundarnos las botas de esquí. Y es que las fuertes nevadas de los últimos meses aseguran nieve, en la mayoría de las estaciones de esquí de España, hasta Semana Santa.

Pero no todas las estaciones de esquí son iguales. Y no en todos los pueblos de montaña se disfruta igual del descanso después de un día de ejercicio. Una combinación que ha de ser perfecta para que la escapada a la nieve deje un buen recuerdo.

Nada más entrar en Benasque, un pueblo del pirineo aragonés, uno siente el nerviosismo propio de la llamada de la montaña. La necesidad de subir a la cima y dejarse deslizar por los más de 76 kilómetros esquiables de la estación de Cerler. Desde el centro del pueblo se llega en 15 minutos al telesilla que te transporta hasta el centro de la estación. Es el momento de dejarse deslizar por los pistas disfrutando de un paisaje increíble.

En la cota 2000 nos espera una hamburguesa y un caldo para reponer fuerzas y seguir con el ejercicio. No hay mayor placer que la sensación de sentir el sol en la cara sentado en lo alto de la montaña nevada.

En las escapadas de esquí no se disfruta solo de la nieve. También de los momentos que rodean las jornadas de deporte. Las cenas, los paseos por el pueblo y las tapas en los restaurantes típicos. Benasque es el escenario ideal. Casas de piedra siguiendo una estética cuidada y protegida para que ningún elemento desentone y se mantenga la armonía del pueblo.

El circuito completo por el spa del Gran Hotel consigue relajar a cualquiera. A uno se le olvida enseguida que le duele todo tras el ejercicio. Tras una buena ducha ha llegado el momento de comenzar el tour de los pinchos por los diferentes bares con aire castizo del pueblo y terminar cenando en un restaurante con encanto.

Los días se pasan volando, hay mucho que hacer y poco tiempo. Uno se queda con ganas de más. Y este año la nieve te invita a que vuelvas.

jueves, 8 de enero de 2009

Taramundi y sus años vividos

REBECA RUIZ
En la región de Taramundi uno tiene la sensación de que se ha parado el tiempo. Se respira el aroma de una forma de vida pasada que conjuga perfectamente con la vida moderna.

Artesanos tradicionales, casas de piedra y hórreos salpican el paisaje de bosques frondosos empapados en agua y grandes praderas. Estamos en Asturias.

El pueblo de Taramundi se alza en lo alto del monte. Imponente sobre los pueblos pequeños que se distribuyen a lo largo de las faldas de la montaña. Pequeñas villas con historia y restauradas, en su gran mayoría, manteniendo la estructura original.

Hay mucho que ver, mucho que aprender. Las forjas que elaboran los tradicionales y famosos cuchillos de Taramundi, los mazos movidos por la fuerza del agua, los telares… La historia de un ingenio increíble con el único fin de sobrevivir y ser autosuficiente.

Aquí se come en abundancia, sin prisa, disfrutando de platos cocinados a fuego lento. Fabes, berzas, carnes asadas y postres tradicionales. Destaca el pan. Grandes hogazas hechas en hornos de leña que rememoran sabores perdidos.

Si el viajero lo desea no hace falta disponer del coche. Sendas señalizadas unen los principales puntos de la zona. El pueblo de As Veigas, convertido en alojamiento rural, se encuentra en la ruta del agua y llega hasta Teixois. Esta villa se conserva como en sus inicios, con su mazo, su central eléctrica o la interesante forja. De aquí a Taramundi pasando por el museo etnográfico de Mazonovo.

El museo de la Casa Natal del Marqués de Sargadelo se conforma solo de una vivienda. Las estancias típicas de cualquier hogar de la época. La cocina, los dormitorios, el establo, la forja y el horreo. Pero Jose Luis, el guía del museo , te devuelve al siglo XVIII en un instante. Sus explicaciones detalladas, cargadas de anégdotas, acertijos y datos históricos permiten al visitante rememorar la historia como si se hubiera vivido en carne propia.


Para comprender el día a día muchas veces solo hay que asomarse a la historia de años pasados. Ver como se vivía, como se luchaba por sobrevivir, con ingenio y buen hacer. Taramundi se ofrece con orgullo para enseñar la lección mientras se disfruta de un paraje espectacular.



miércoles, 7 de enero de 2009

Destellos dorados para recibir el nuevo año


REBECA RUIZ
Tras el ajetreo de las fiestas llega la calma. Es el momento de asentarse de nuevo en la rutina y de comenzar con la lista de buenos propósitos marcados para el nuevo año.

Miles de planes que requieren de un cuerpo preparado para poder afrontar con éxito la nueva etapa. Y que mejor que comenzar la andada por el nuevo año desprendiendo un destello dorado que se aprecie tanto por dentro como por fuera.

Y es que los beneficios del oro son más que evidentes. Cualidades curativas y terapéuticas que han permitido el desarrollo de multitud de tratamientos corporales y estéticos basados en las benevolencias de este metal.


Hidratar, suavizar, rejuvenecer, reforzar las defensas naturales y sobretodo embellecer la piel se consigue con un masaje a base de diferentes productos elaborados con oro de 24 kilates. El ambiente de tranquilidad y silencio que se consigue en la sala de masajes favorecen el resultado final. Una joya que permite que el cuerpo reluzca dando una sensación plena de bienestar a todo aquél que se acerque a un centro especializado para disfrutar de este tratamiento.

El momento para comenzar a cuidarse lo fija uno mismo y si el inicio lo marca un regalo dorado la perspectivo de éxito se plantea evidente.

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